¿Admirar a quien roba, aunque haga obra?

Los ecuatorianos estamos enfrascados en un debate, buscamos determinar si es adecuado eternizar el popular “roba, pero hace obra”. El dicho, tan antiguo como el ejercicio de los cargos públicos, está profundamente arraigado en sectores populares como en aquellos de mayor nivel económico, social y cultural. Miembros de ambos se han llegado a convencer de que la corrupción es intrínseca al sistema político que nos hemos acostumbrado a llamar democracia.

La población (al menos la mayoría), tan agobiada por la ineficiencia e ineficacia de las autoridades, está dispuesta a entregarle su confianza a quien le asegure un mejor porvenir, incluso a costa de la seguridad económica y moral de la ciudad o hasta del país. Es como si la amplia vida de la urbe se hubiera reducido a la estrechez del barrio, donde un villano se suele encargar de solucionar los problemas domésticos y personales, e impide ingresar al lugar a otros villanos, tan crueles como él, pero incapaces de solucionar problemas aparentemente pequeños.

Bien vale preguntarnos si esta situación nos ha colocado ante un punto sin retorno, o este es justamente el punto que nos permitirá añorar la moralidad y al desempeño ético de la sociedad. También vale preguntarnos si el villano es el modelo que los limeños queremos seguir. Las interrogantes parecen encaminarnos a un desesperanzador futuro.

No obstante, los propios pobladores contradicen lo anterior al empeñarse por salir adelante con su propia fuerza. De ahí que van creando admirables historias de emprendimiento, alejadas de la subvención, poca o mucha, que le podría ofrecer la escena oficial. Son como la madre del lamentablemente fallecido Facundo Cabral, a quien un presidente de Argentina al enterarse de que era la progenitora de tremendo personaje le preguntó en qué podía ayudarla. Ella, con mucha sabiduría le respondió: “Con que no me joda, basta”.

En el fondo, es como si el peruano, en general, o el limeño, en particular, quisiera entregarle la escena oficial a quien le facilite la vida, aun sabiendo que es alta la probabilidad de que robe para cumplir tremenda tarea, convirtiendo en una consigna el “roba, pero hace obra”. Claro está, lo más importante es que lo haga pero “joder” a nadie, que no le coloquen más piedras a los peruanos de las que ya encuentran en el camino.

En tanto, caminará buscando el ideal, el ejemplo, el modelo a seguir, que en este caso son, sin duda, empresarios como Gastón Acurio, Diógenes Alva, Los hermanos Yaipén, y todo aquel que logró emprender y erigirse como exitoso, al margen de la escena oficial, sin ayuda de los que “roban, pero hacen obra”, de los que “roban y no hacen obra”, de los que “no roban y no hacen obra” y de los pocos que “no roban y hacen obra”.

Sígueme en


Fuente: Gestión



Read More...

Siete pecados capitales del mal ahorrador

La falta de “visibilidad”, más egresos que ingresos, no pensar en el futuro y no considerar escenarios negativos, son algunos de los pecados del mal ahorrador y ser así no le permite a una persona alcanzar los objetivos que tiene en la vida.


Ser un mal ahorrador no le permite a una persona
alcanzar los objetivos que tiene en la vida
Practicar el hábito del ahorro de manera eficiente debería ser una costumbre entre los ecuatorianos, sin embargo se advierte que no estamos libres de caer en alguno de los “siete pecados capitales” que todo mal ahorrador realiza y que no le permite alcanzar los objetivos que tiene en la vida.
Read More...

Pleitesía organizacional

Quiero reflexionar y hacerlos reflexionar sobre un mal extendido tanto en las grandes como en las pequeñas empresas, y que considero que es un hecho totalmente perjudicial para el óptimo funcionamiento de las mismas y que no fomenta en ningún grado el liderazgo, ni la responsabilidad de las personas.


Le he llamado pleitesía organizacional y con ello me quiero referir al afán que tienen los “jefes” (porque no considero que los que lo utilizan sean verdaderos líderes), a tener a sus pies al resto de colaboradores.

¿Cómo se lleva a cabo? Reuniones periódicas en donde tienen a todo su séquito para dar explicaciones, para hacer un seguimiento periódico (muchas veces en demasía), llamadas telefónicas para temas triviales, prioridades no compartidas (a veces simplemente por falta de explicación), supervisión continua, etc.

Está claro que los jefes son responsables de un equipo de personas y que, en algunos casos, tienen que imponer esa jerarquía, para corregir ciertos comportamientos. Pero el hecho de sentirse y hacer sentir a los colaboradores ese estatus en muchos momentos, provoca una doble sensación. Por un lado bloqueo al sentirse observado constantemente, lo que coarta la creatividad y la responsabilidad y por otro lado una sensación de pérdida de tiempo, simplemente por el mero hecho de satisfacer el ego de ciertas personas.

El problema es que se convierte en un círculo vicioso, y cuanto más lo ejercitas, más te gusta, y más perjuicios tienes, a corto (pérdida de tiempo y rendimiento), medio (tensión excesiva para cumplir y relajación posterior) y largo plazo (sensación de supervisión continua y desmotivación).

¿Y cómo salir de él? Bajo mi punto de vista, el primer paso para salir de él es valorar el rendimiento real de dichas reuniones y progresivamente reducir el número. Por otro lado, merece la pena replantearse el enfoque del seguimiento a tus colaboradores, y evitar el enfoque inculpatorio y justificativo habitual, para darle un enfoque totalmente resolutivo, que fomente las acciones de mejora. Para ello, lo mejor, ceder responsabilidad a las personas, pero una responsabilidad basada en la ejecución: hacer, equivocarse, analizar, y reforzar.

Y es, en este último apartado, donde la figura de un verdadero líder es clave, ya que reforzando, en los aciertos y en los errores, provocaras un clima de confianza y de aprendizaje.

No deja de ser un ciclo PDCA (Plan-Do-Check- Act) completo, pero delegando la responsabilidad a las personas implicadas y, poco a poco, ir instaurando una cultura de buscar la solución y no la justificación.

Y tu ¿qué opinas?

Sígueme en


Fuente: The Times Are Changing



Read More...

Así debería ser tu jefe (si fuera un buen jefe)


¿Tienen los jefes gruñones los días contados?
Durante la Segunda Guerra Mundial, los expertos en aeronáutica emplearon mucho tiempo y recursos en analizar los aviones militares que se estrellaban. Hasta que un día, alguien preguntó: “¿Por qué no analizamos los aviones que permanecen en el aire?”. Esta es una metáfora válida para el campo de la psicología positiva aplicada al mundo laboral. “Se trata de centrarse en
Read More...

Ideas para aprender a distancia

El aprendizaje a distancia es una de las muchas maneras que existen para conseguir una educación superior. La flexibilidad de la misma y la comodidad que presenta es una de las razones por las cuales la gente sigue optando por esta opción.

Sin embargo, aprender a distancia no es una tarea muy fácil, dado a que su formato es muy flexible.

Read More...

Buscar trabajo con LinkedIn


Cuando se trata de buscar trabajo, debemos aprovechar todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para buscar trabajo, entre ellas las redes sociales.

Hoy en día son muchas las empresas que buscan a sus futuros empleados a través de estas redes incluso, algunas descartan candidatos por no tener presencia en ellas.

Sin embargo, no es suficiente con tener un perfil, hay que saber utilizarlas,
Read More...

¿Quieres ser feliz en tu trabajo?

Levantarse todas las mañanas para ir a un trabajo que no gusta, puede amargar la vida de cualquiera. Pasarlo mal ocho o incluso más horas día tras día es una experiencia por la que, sin duda, nadie quiere pasar. Sin embargo, es algo que depende de cada uno y que es posible cambiar.

"El trabajo que hace es el trabajo que eligió hacer. No hay una pistola en su cabeza. Si no le gusta, es su propia culpa", afirma el orador motivacional Chris Barez-Brown en su último libro titulado "Free! Love Your Work Love Your Life" ("¡Libre! Ama tu trabajo ama tu vida").
Read More...